domingo, 12 de octubre de 2008

José Luis Tejada




José Luis Tejada[1]

Aunque el poeta, crítico y profesor, José Luis Tejada, confesara en ocasiones que su patria era el universo entero, su territorio vital y poético propio fue la Bahía gaditana y, más concretamente, El Puerto de Santa María: la tierra, el cielo y el mar de su nacimiento -el cuatro de agosto de 1927-, de su intensa vida -durante sesenta años- y de su muerte -en 1988-. Vio por primera vez esta luz en un año de efemérides literarias y de intensa actividad poética, en una de las encrucijadas geográficas e históricas más propicias para el juego de la imaginación, para el recreo de los sentidos, para la contemplación del mar y del cielo, para la meditación, para la creación y para la lectura de la poesía.

Este pueblo y puerto, tierra fecunda en la que germinan sus palabras, constituye una de las claves que determinan y explican el estilo peculiar de su poesía: sus contenidos vitales, sus imágenes sensuales y sus expresiones coloristas y populares. Otra de las claves del carácter lúdico y sentimental de su poesía fue su condición de "niño chico de la casa" en la que sus dos hermanas mayores sustituían a la madre. Este ambiente de cariño y de protección hizo que, a lo largo de toda su vida, fuera ese niño soñador y juguetón, con nostalgia de aquel paraíso mítico que nunca llegó a perder del todo.




José Luis Tejada miraba el mundo desde la estatura del niño, reaccionaba con permanente sorpresa, con limpia ingenuidad y con abierta franqueza. Con su palabra nos descubre el sentido original de las cosas que él convierte en juguetes elementales. Tejada, con abierta complacencia y con patente temor, nos ha dejado su poesía "sólo latido entre el aire y el mar" que nos enriquece descubriéndonos dimensiones inéditas. No sabemos si su vida fue la historia de un niño que se fue metamorfoseando en poeta o la de un poeta que se transformaba en niño. Por eso para él la poesía –la vida- es un juego apasionante que debe ser bien jugado y hondamente disfrutado.

La cantidad y la calidad de la producción poética de José Luis Tejada merecen que le prestemos mayor atención, sus poemas reclaman el análisis de los historiadores, la valoración de los críticos y la lectura de todos. Los juicios de los especialistas serán diferentes según sean sus perspectivas históricas, sus criterios valorativos y sus concepciones estéticas, pero no debemos admitir que se ignore su existencia. La intensidad expresiva y la fuerza testimonial de su poesía cuyos ecos siguen resonando en nuestras conciencias, convierten la obra del poeta portuense en un episodio imborrable de nuestra historia literaria.

Si su vida fue digna de respeto y de admiración por su radical honestidad, por su total independencia, por su ilimitada curiosidad intelectual, por su exquisita cortesía y por su compromiso activo con los valores morales, su obra literaria constituye un objeto interesante para el análisis interpretativo y para la valoración estética.



[1] José Luis Tejada, perteneciente a la Generación del Medio Siglo o Generación del 50-60, 1927: Nace el 4 de agosto en El Puerto de Santa María, fue un autor precoz aunque de muy tardía publicación, se da la circunstancia que mucho antes de que publicara su primer libro ya figuraba en varias antologías. De 1965 a 1970, estudia en la Universidad de Sevilla y termina la licenciatura con un trabajo de investigación sobre Marinero en tierra , de Rafael Alberti. Publicó sus poemas en diferentes revistas de su entorno. Editó ocho poemarios en forma de libro; últimamente se han publicado dos recopilaciones de poemas: "Cuidemos este son" (Poesia flamenca) y "Lagar Fecundo" (Traducido al ingles, sobre el vino); y está inédita parte de su poesía. Falleció en en Cádiz el 11 de mayo de 1988.

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